En
el camarote 115 del Titanic se alojaba Hemingway. La tripulación fue informada
de lo peculiar del tipo que ocupaba aquel compartimento. No es extraño que desde
la cúpula directiva de la corporación se fijara, como prioridad máxima, complacerlo
en cualquier demanda a fin de orientar una más que previsible reseña de su
experiencia. Por ello, nadie cuestionó al Capitán cuando ordenó variar la ruta
y dirigir el transatlántico a una zona conocida por la cantidad de icebergs que
albergaba. El tipo de la 115 demandaba hielo en cantidades generosas y, desde
la noche anterior, los congeladores estaban averiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar ! Y recuerda: sé constructivo, por favor...