El
negocio de los paraguas de papel revolucionó el mercado de los complementos. Mi
madre y yo hubiéramos apostado que jamás funcionaría. Por fortuna no lo hicimos.
Era impensable suponer cuando le dije a mi padre que el frío no existía, sino que
es ausencia de calor, que llevaría su ocurrencia tan lejos. “Si no existe el
frío, no existe la lluvia, ergo…” sentenció, creyendo haber realizado el
silogismo irrefutable, iniciando, sin saberlo, un próspero negocio.
De
ahí a su primer paraguas con tintes de papiroflexia transcurrió algo más de una
semana de planos surrealistas y horas de trabajo. Pero concluido el primer paraguas
de papel, que vendió a un precio considerable al poco de terminarlo, se desató
la locura: tuvimos que alquilar un local, contratar personal y luchar duro por
el negocio. Pronto exportamos al extranjero, sobre todo a los lugares menos
lluviosos, aunque pocos países se resistían al encanto de aquel extraño híbrido.
Ahora
mi padre quiere ampliar el negocio a los bolígrafos que no escriben y a los
transportes que no transportan. Dice que el futuro pasa por centrarse en las
ausencias. Y es que, desde que murió, se ha vuelto demasiado místico.
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Con este relato participio en el concurso literario mensual de ESTA NOCHE TE CUENTO bajo el tema Como el fuego.
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http://estanochetecuento.blogspot.com.es/2012/11/nov45-paraguas-de-papel-de-javier.html
Espero que os guste!