domingo, 28 de octubre de 2012

REGLA DE TRES


A y B se casaron y tuvieron un hijo X. Se entristecieron mucho y preguntaron a otros amigos si a ellos les había ocurrido algo similar. Todos decían que no. Por ejemplo, M y N tenían hijos emes o enes, pero no pes.
Visitaron médicos y especialistas, pero nadie pudo hacer demasiado por aquella X, que crecía risueña y saludable.
Pasaron unos años y el amor hacia X iba en aumento.
A y B pudieron comprobar, con el transcurrir del tiempo, que X era diferente, pero no inferior a ellos.
X tenía alguna dificultad escolar y social, pero A y B, con paciencia y ayuda, consiguieron que llevara una vida lo más normal posible.
Cuando ya todos vivían felices, y X tenía una hermanita B´ y un hermanito A´, con los que se llevaba genial, un matemático, amigo de A desde  la infancia, les dijo algo que habría de marcarles por siempre:
—Estoy convencido de que vuestro hijo X es una incógnita. Debéis aprovechar la ocasión para extraer de él lo que no obtendréis de nadie más. Las X humanas, como las matemáticas, ofrecen oportunidades de seguir progresando. La X no es un final, sino un principio de algo por descubrir.
Esa noche, A y B durmieron con la sensación de sentirse sujetos de una regla de 3, lo cual les agradó.
--------------------------------------------------------------------------------------------
Este relato ha sido finalista de un concurso literario sobre discapacidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar ! Y recuerda: sé constructivo, por favor...