miércoles, 17 de octubre de 2012

HIPOTECA EDÉNICA


Eva y Adán no calcularon las consecuencias de su acto. Casa y comida gratis, a excepción de probar los vistosos frutos de “El Árbol”.
Ninguno trabajaba, y la casa de campo “El Edén”, con incontables hectáreas y posibilidades decorativas, era un milagro divino. El trato era que la mantuvieran en buenas condiciones. Cumpliendo esa condición, la poseerían eternamente. Mantenerla, les insistió frotándose las manos, y no probar el suculento fruto. Aún así, soberbios, desobedecieron al arrendador.
Lo que sigue es conocido: una serpiente vestida de traje y chaqueta los sorprendió y fueron expulsados. Desde entonces, católicamente, pagamos hipoteca.
Amén.

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